
Cómo afecta el sueño al desarrollo de los niños
Todos sabemos lo importante que es el sueño para los adultos, ya que afecta todo, desde el bienestar físico hasta nuestro estado de ánimo y nuestra función cognitiva.
Pero para los niños, el sueño es aún más crítico, ya que afecta su crecimiento, comportamiento y capacidad para retener información.
Así que aquí hay una guía rápida sobre cómo el sueño afecta el desarrollo de los niños y por qué debe concentrarse en brindarles un entorno que prepare el escenario para el mejor sueño posible.
¿Cuánto necesitan dormir los niños?
La cantidad de sueño que necesitan los niños varía a lo largo de sus años de infancia, y el Departamento de Salud de Chile recomienda que los niños duerman lo siguiente cada noche:
- De 3 a 5 años - De 10 a 13 horas
- De 6 a 13 años - De 9 a 11 horas
- De 14 a 17 años - De 8 a 10 horas
El impacto del sueño
El sueño regular y de calidad es uno de los componentes clave del desarrollo de los niños.
Dormir lo suficiente les permite retener mejor la información y aprender, al mismo tiempo que mejoran su sistema inmunológico, estado de ánimo y comportamiento, y apoyan todo el crecimiento que hacen, todos los días.
Una cantidad insuficiente de sueño o una mala calidad del sueño se ha relacionado con problemas de comportamiento, dificultades de aprendizaje y más.
Preparar a sus hijos para una buena noche de sueño
Establecer hábitos de sueño saludables en los niños se reduce a tres fundamentos clave: horario, rutina y entorno de sueño.
Horario
Incluso cuando son muy pequeños, los niños son personitas activas que se benefician de un horario de sueño.
Dependiendo de la etapa de la infancia en la que se encuentren, establezca una hora de acostarse adecuada que les permita dormir lo que necesitan.
Una vez que tenga este horario, cúmplalo, incluso los fines de semana y días festivos.
Esto permite que el cuerpo reconozca cuándo es hora de irse a dormir y comience a relajarse.
Rutina
Para ayudar a su hijo a prepararse para dormir, siga la misma rutina todas las noches, ya sea que implique un baño, un cuento antes de dormir o relajación.
Esta rutina también debería hacer que la tecnología se apague una hora antes de acostarse.
Aunque esto puede ser más desafiante en la adolescencia, alejarse de la tecnología, como la televisión, las computadoras y los teléfonos móviles, antes de acostarse ayuda a todos, incluidos los niños, a dormir mejor.
También es importante ayudar a su hijo a evitar estimulantes como el café, el té, las bebidas deportivas, el chocolate y las golosinas azucaradas a partir de la tarde.
El entorno del sueño
Al igual que los adultos, los niños se benefician de un entorno de sueño propicio para descansar. Asegúrese de que la habitación de su hijo no esté demasiado caliente ni demasiado fría, y que esté oscura y silenciosa.
Si su hijo encuentra abrumadora la oscuridad total, use una luz nocturna o un difusor de aromaterapia calmante con luz.
También es fundamental asegurarse de que la ropa de cama de su hijo se adapte a sus necesidades, con un colchón, un protector de colchón y una almohada de calidad que se adapte a su estilo de sueño y edad.
Cuando se trata de ropa de cama, opte por fibras naturales (algodón) que ayuden a mantener la temperatura corporal adecuada.
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